Escribo desde mi indignación por la
larguísima espera que Shakira hizo soportar a todo en el
estadio de Montjuïc al completo en su concierto del domingo en Barcelona. Es incomprensible que, siendo una gran parte del público menores (y al día siguiente había colegio), la diva Shakira apareciera en el escenario casi a las once y media de la noche. Todavía seguimos esperando sus disculpas. El público barcelonés no se merece este trato, y nuestros hijos todavía menos.
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