Costó una hora y cuarto de espera, pero, al final, el concierto de Shakira comenzó. Según parece, coordinar un pasacalle, una celebración en el Camp Nou y un concierto que suponga la guinda del pastel es más dificultoso que ganar una Copa de Europa.
Tras poner a prueba la paciencia de las 20.000 personas que acudieron al estadio Lluís Companys, Shakira empezó su actuación vestida de calle y cantando Why wait para después, ataviada de estrella de Barranquilla -top corto de escamas, pantalones ajustados- interpretar un Te dejo Madrid al que no sacó punta.
Hablando en catalán fluido, no hubo de ser muy explícita para indicar los motivos de su alegría. Cambió la letra de Loca para cantar "estoy loca por Piqué" y, tras Whenever, wherever, le hizo subir al escenario para abrazarlo con más entrega de la sugerida por la cortesía, observados de cerca por Xavi, Villa, Pedro, Busquets y Bojan. Llamó también a Alves y Abidal, pero estos siguieron en las primeras filas.
A quienes subieron a escena se esforzó Shakira en enseñarles cómo se mueven las caderas, lecciones que, visto el resultado, habrá de repetir. Tras esta clase acelerada de sensualidad, los jugadores abandonaron el escenario evidenciando que sobreponerse a Wembley no te prepara para salir ante 20.000 personas que no han pagado por verte.
La fiesta, inevitablemente, acabó con el Waka-Waka.
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