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domingo, 29 de maio de 2011

Shakira enamora de nuevo al público barcelonés pese al desencuentro inicial

Las cosas no pintaban demasiado bien a las 11.30 de la noche cuando Shakira todavía no había iniciado su actuación, casi una hora y media más tarde de lo anunciado en el programa oficial. El público llegó a expresar a voz en grito ("fuera, fuera") su malestar hasta que la colombiana apareció en el escenario. Entonces se restableció la magia, aunque no hubiera estado de más algún tipo de explicación, ante un retraso de tales proporciones. En el público abundaban las familias y los aficionados de adolescencia temprana.
El regreso de la estrella colombiana a Barcelona cumplió con todos los requisitos previstos, es decir, conexión con el público, amor por los colores azulgrana y una sesión de hits y música bailable para gusto de todos los presentes. El Estadi Olímpic Lluís Companys, cuyo aforo no llegó a ocuparse ni en su mitad, que acogió la nueva parada de la gira Sale el Sol, que ya la trajo a Barcelona el pasado mes de noviembre. En esta ocasión, la actuación de la estrella se presentaba como la primera de una serie que va ofrecer los próximos días en grandes espacios españoles. La iluminación, las grandes dimensiones del escenario y un mayor despliegue videográfico, evidenciaban este enfoque.
La cantante y artista global, repitió en sus trazos esenciales el discurso musical y escénico ya conocido (las danzas del vientre, el apartado de baile español, la música oriental, su ininteligible inglés, el vestido azul...) aunque los arreglos de algunos cortes apuestan más por la música de baile, mientras que las transformaciones y añadidos en algunas de las letras delatan la buena salud de su relación afectiva con Gerard Piqué (en Loca ha añadido el estribillo "loca por mi Piqué").Pero por encima de otras consideraciones, volvió a relucir la extremada profesionalidad de la cantante en su show, en la solvencia instrumental de su grupo y en un repertorio que en esta ocasión estaba mucho más equilibrado.
El otro gran punto de la noche (el primero era su misma presencia) fue el marcado sabor azulgrana que lo empapó, convirtiéndose más o menos en un acto más de los celebrados a lo largo de la tarde tras el regreso del equipo de Guardiola de Londres.y la rúa por las calles de Barcelona. En un catalán fluido, la nueva vecina de Bellaterra y sanguínea culé hizo subir al escenario a Xavi, Villa, Bojan, Busquets, Pedro y el propio Piqué, a los sones de Mi vida, ante el delirio del público, una parte de él ataviado con la zamarra azulgrana. Con Waka waka Shakira cerró la noche pero antes recordó que Visca el Barça!

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